¿Es el alcohol un estimulante o un depresor? La sorprendente verdad
Todos lo hemos sentido: esa explosión inicial de energía después de un primer trago, especialmente cuando empieza a sonar tu canción favorita. La fatiga de la semana parece desaparecer y de repente te sientes más conversador, extrovertido y despreocupado. Pero, ¿el alcohol realmente te estimula o simplemente reduce tus inhibiciones?
Exploremos si el alcohol es estimulante o depresor, cómo afecta su sistema nervioso central y formas de mejorar su relación con la bebida.
¿Qué es un estimulante?
Un estimulante es una sustancia que activa el sistema nervioso central (SNC), aumentando la energía, el estado de alerta y la concentración. Los estimulantes suelen aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La cafeína es un estimulante natural común que te ayuda a sentirte más despierto y con más energía.
Algunos estimulantes son medicamentos recetados que se usan para tratar afecciones como la narcolepsia y el TDAH. Otras, como la cocaína y la metanfetamina, son drogas ilegales con un alto potencial de abuso.
¿Es el alcohol un estimulante?
No, el alcohol no es un estimulante. Si bien al principio puede hacerte sentir animado y enérgico, estos sentimientos no se deben a la estimulación química. En cambio, el alcohol suprime sus inhibiciones.
Las investigaciones muestran que incluso cantidades bajas o moderadas de alcohol reducen la función del sistema nervioso central, lo que ralentiza los pensamientos, el habla y los movimientos. La euforia inicial proviene de una oleada de dopamina, la sustancia química que nos hace sentir bien, liberada en el cerebro. Pero a medida que el alcohol circula, los tiempos de reacción se vuelven más lentos, el pensamiento se vuelve confuso y la memoria falla.
Por eso el alcohol se clasifica como depresor: deprime el sistema nervioso central, ralentiza la actividad cerebral e interrumpe la comunicación entre las células cerebrales.
Cómo actúa el alcohol como depresor
El alcohol es un depresor psicotrópico, lo que significa que ralentiza el sistema nervioso central y afecta el estado de ánimo, los pensamientos y el comportamiento. Después de algunos tragos, es posible que notes que te ríes más lentamente, que tienes menos coordinación o que de repente te sientes cansado. Se trata de alcohol que actúa como un "deprimente".
Así es como funciona en el cerebro:
- GABA: El alcohol mejora el ácido gamma-aminobutírico (GABA), un neurotransmisor que ralentiza la actividad cerebral, lo que provoca sensaciones de relajación o lentitud.
- Glutamato: el alcohol reduce el glutamato, un neurotransmisor que acelera la actividad cerebral. Esto ralentiza el procesamiento neuronal y perjudica el razonamiento y el juicio.
- Dinorfina: después de beber, el cerebro libera dinorfina para equilibrar el nivel alto de dopamina. Los niveles altos de dinorfina pueden causar disforia y contribuir a estados de ánimo negativos, especialmente con el consumo crónico de alcohol.
Efectos secundarios comunes de los depresores
El alcohol comparte muchos efectos secundarios con otros depresores como los barbitúricos y las benzodiazepinas. Dependiendo de la cantidad que bebas, el tamaño de tu cuerpo y otros factores, puedes experimentar:
- Deterioro de la coordinación y las habilidades motoras.
- Confusión mental o nubosidad.
- Habla arrastrada
- Problemas de memoria y cognitivos.
- Disminución de la presión arterial y frecuencia cardíaca más lenta.
- Respiración lenta o deprimida
- Náuseas, vómitos o mareos.
- Pérdida de conciencia
- Cambios de humor o inestabilidad emocional.
El consumo excesivo de alcohol puede provocar intoxicación por alcohol, insuficiencia respiratoria, coma o la muerte. Las señales de advertencia incluyen confusión, vómitos, baja temperatura corporal, piel azulada y respiración irregular.
El vínculo entre el alcohol y la depresión
Dado que el alcohol es un depresor, no sorprende que esté relacionado con la depresión. El uso indebido regular puede alterar la química cerebral, alterando el estado de ánimo y las emociones a largo plazo.
El alcohol puede reducir los niveles de serotonina, empeorando la depresión y la ansiedad. El aumento de dinorfina después de beber puede profundizar las emociones negativas, lo que a veces lleva a un ciclo de bebida para afrontar la situación, lo que sólo empeora las cosas.
La depresión también puede conducir al abuso del alcohol, ya que las personas pueden beber para adormecer el dolor emocional. Los estudios muestran que los adultos con depresión tienen más probabilidades de beber en exceso.
El consumo prolongado de alcohol puede causar problemas de salud física como enfermedades hepáticas, pancreatitis, presión arterial alta, enfermedades cardíacas, trastornos cognitivos y un mayor riesgo de cáncer.
Mejorar su relación con el alcohol
Dado que el alcohol ralentiza la actividad cerebral y afecta su estado de ánimo y comportamiento, reducirlo o dejarlo puede beneficiar su salud física, mental y emocional. A continuación se ofrecen cinco consejos respaldados por la ciencia que le ayudarán:
- Comprenda el impacto del alcohol: reflexione sobre cómo el consumo de alcohol afecta su estado de ánimo, su salud, su trabajo y sus relaciones. La autoevaluación honesta puede motivar el cambio.
- Empiece a llevar un diario: escribir ayuda a desarrollar la autoconciencia y a descubrir por qué bebe. Las investigaciones muestran que llevar un diario puede mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y mejorar la función cognitiva.
- Practique el consumo consciente: Sea intencional al beber. Establece límites, conoce el contenido de alcohol de tus bebidas y alterna con agua.
- Participe en nuevos pasatiempos: abandone los hábitos de bebida probando nuevas actividades, como pintar, aprender a tocar un instrumento o practicar deportes. Esto genera confianza y ocupa su tiempo de maneras más saludables.
- Construya un sistema de apoyo: el cambio es más fácil con el apoyo de amigos, familiares, grupos de apoyo o un terapeuta. Los estudios muestran que el apoyo social aumenta el éxito en la reducción del consumo de alcohol.
La conclusión
El alcohol es un depresor que ralentiza la función del sistema nervioso central y la actividad cerebral. Si bien puede causar un subidón inicial, afecta el juicio, ralentiza las reacciones y altera el estado de ánimo. Incluso pequeñas cantidades tienen efectos depresivos y el uso indebido a largo plazo puede empeorar la depresión y provocar dependencia.
Para protegerse, limite el consumo de alcohol y adopte hábitos más saludables. Si desea reducir su consumo pero no está seguro de por dónde empezar, Quitemate puede ayudarle. Hemos ayudado a millones de personas a construir una relación más saludable con el alcohol y mejorar su bienestar general.
Published
January 01, 2024
Monday at 2:28 PM
Last Updated
November 16, 2025
1 week ago
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6 minutes
~1,142 words
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