¿Por qué algunas personas beben más que otras?
Piense en sus días universitarios. Probablemente tuviste compañeros de cuarto en algún momento y probablemente había mucho alcohol por ahí. Si bien podría haber parecido que "todos" estaban bebiendo, a menudo ese no es el caso. Las personas beben en diferentes niveles: algunas sólo en raras ocasiones, otras con regularidad pero con moderación, algunas en exceso y algunas desarrollan una adicción total.
¿Por qué algunas personas beben más que otras? ¿Y por qué algunas personas desarrollan un trastorno por consumo de alcohol (AUD)? ¡Las respuestas pueden sorprenderte!
¿Por qué bebo tanto?
¿Por qué algunas personas beben al mínimo mientras otras caen en la adicción, a veces con resultados devastadores? Independientemente de que alguien desarrolle AUD o no, aparecen puntos en común en las historias de quienes descubren que la bebida se ha afianzado. Desde la genética y el medio ambiente hasta la naturaleza del alcohol mismo, pueden estar en juego varios factores.
1. Has reconectado (accidentalmente) tu cerebro
En primer lugar: el alcohol es adictivo. Activa el sistema de recompensa del cerebro y nos hace volver por más. Así es como funciona:
- El alcohol nos hace sentir bien... brevemente. Aumenta la dopamina, la "estrella dorada" neuroquímica de las acciones habituales. Este sistema de recompensa, destinado a hábitos de supervivencia como comer y socializar, puede verse secuestrado por sustancias como el alcohol. Pero la breve euforia pronto da paso a la ansiedad, la inquietud o los cambios de humor después de beber en exceso.
- Provoca relajación, temporalmente. El alcohol aumenta el GABA (un neurotransmisor inhibidor) y reduce el glutamato (un neurotransmisor excitador), lo que provoca una relajación a corto plazo seguida de somnolencia. Horas más tarde, un efecto rebote puede provocar inquietud y alteraciones del sueño.
- La dependencia se desarrolla con el tiempo. Para adaptarse al alcohol, el cerebro reduce la producción natural de dopamina, lo que aumenta la tolerancia. El abuso se convierte en dependencia, en la que se necesita alcohol sólo para sentirse normal.
- La abstinencia y los antojos hacen que sea difícil dejar de fumar. La dependencia trae síntomas como temblores, náuseas o convulsiones, junto con antojos intensos. Esto a menudo indica un trastorno por consumo de alcohol (AUD), una condición caracterizada por la incapacidad de controlar el consumo de alcohol a pesar de las consecuencias negativas.
- El cerebro "recuerda" el mal uso pasado. Incluso después de dejar de fumar, los cambios en las vías de la dopamina pueden persistir. Volver a consumir alcohol podría reactivar estas vías, reiniciando el ciclo.
Si esto le suena familiar, no está solo: en 2023, 28,1 millones de adultos estadounidenses lucharon contra el AUD. Para obtener más información, consulte los recursos sobre el trastorno por consumo de alcohol.
Consejo: muchas opciones de tratamiento pueden ayudar, incluida la atención hospitalaria, la terapia cognitivo-conductual, la atención plena y aplicaciones como Quitemate. La clave es trabajar con la neuroplasticidad del cerebro: su capacidad para reconfigurarse.
2. Los medios sellaron el trato
Como señala Annie Grace en This Naked Mind, en nuestra sociedad, "el alcohol es la única droga en la tierra que tienes que justificar no tomar". A menudo vemos el alcohol vinculado a celebraciones, socialización y relajación, y los medios de comunicación refuerzan esta ilusión.
- Programas de televisión como Cómo conocí a vuestra madre o Cheers normalizan y embellecen la bebida, haciéndola parecer rutinaria y divertida.
- Los reality shows y las publicaciones en las redes sociales a menudo retratan el alcohol de manera positiva y rara vez muestran resacas o estancias en rehabilitación.
Consejo: si los medios de comunicación provocan un consumo no saludable, tenga en cuenta lo que ve. Elija programas que no se centren en la bebida y, en las redes sociales, evite el contenido que provoque antojos.
3. Podría estar en tus genes
Las investigaciones muestran que el AUD es en parte genético. Las diferencias en los genes que afectan el metabolismo del alcohol pueden influir en la rapidez con la que el cuerpo procesa el alcohol.
- Su hígado usa enzimas para descomponer el alcohol en acetaldehído (un subproducto tóxico) y luego en ácido acético inofensivo. Las variaciones genéticas en estas enzimas afectan la eficiencia con la que se metaboliza el alcohol, lo que puede ser un factor de riesgo para el AUD.
- La estructura de la vía de la dopamina también podría hacerte más sensible a los efectos del alcohol.
Consejo: investigue sus antecedentes familiares para detectar patrones de consumo excesivo de alcohol. Discútalo con familiares que lo apoyen para comprender mejor sus riesgos.
4. La economía es mala
Factores económicos como el desempleo y el estrés financiero pueden afectar los hábitos de bebida:
- Durante las crisis económicas, el consumo general de alcohol puede disminuir, pero el consumo de alto riesgo a menudo aumenta en ciertos grupos.
- Los hombres, especialmente si están desempleados, corren un mayor riesgo, junto con aquellos que enfrentan pérdidas económicas graves o tienen menos educación.
- La recesión de 2008-2009 provocó más consumo excesivo de alcohol y la pandemia de COVID-19 provocó un aumento del 38 % en las muertes relacionadas con el alcohol entre 2020 y 2022.
El estrés, el aburrimiento y la pérdida de la estructura diaria pueden llevar a las personas a beber para obtener un alivio temporal, pero en última instancia el alcohol aumenta la ansiedad.
Consejo: mantenga una rutina diaria estructurada, participe en actividades significativas y comuníquese con amigos, familiares o grupos de apoyo como el Foro Quitemate para obtener orientación.
5. La música está demasiado alta
¿Alguna vez has notado que hay bares con música a todo volumen? Los estudios demuestran que puede hacerte beber más:
- La música de fondo, especialmente las melodías rápidas o fuertes, conduce a beber más rápido. Un estudio encontró un aumento del 31% en el consumo cuando la música tenía 88 dB en comparación con 72 dB.
- La música alta aumenta la excitación y dificulta la conversación, lo que provoca más pedidos de bebidas.
Consejo: tenga en cuenta cómo el entorno afecta su forma de beber. Si la música alta le provoca impulsos, elija lugares más tranquilos o haga una pausa para reafirmar sus intenciones para pasar la noche.
Resumiendo
Cualesquiera que sean sus razones para beber demasiado, reconocerlas es el primer paso. Establezca objetivos de consumo de alcohol más saludables o tómese un descanso. Desarrolla habilidades de afrontamiento, como hacer ejercicio, llevar un diario o meditación, y rodéate de personas que te apoyen. Recuerde, ¡Quitemate está aquí para animarlo en cada paso del camino!
Published
January 01, 2024
Monday at 11:07 AM
Last Updated
November 16, 2025
1 week ago
Reading Time
6 minutes
~1,158 words
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